Por fin en casa: Descalzo sobre la alfombra. Pedregosa y sorprendentemente suave. Y a la vez firme. Casi como un paisaje. ¿De verdad es lana? Buena para los pies. Y, si te atreves, también para el alma.
Usamos cookies para mejorar el contenido que te ofrecemos y mostrar publicidad de acuerdo a tus intereses. Puedes encontrar más información en nuestra Política de Privacidad.
Estas cookies son necesarias para el correcto funcionamiento del sitio web y no se pueden desactivar. Sin su activación, no es posible realizar compras. Por lo tanto, no requieren tu consentimiento.
Estas cookies son generadas por servicios web que proporcionan información sobre el comportamiento del usuario, sirven contenido personalizado o miden el éxito de la publicidad.